Al Pie de la Montaña

Desvelos de un tecolote loco

HOY 21 DE MARZO DE 2017 COMIENZA LA PRIMAVERA

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Equinoccio de primavera del 2004. Me gusta la palabra equinoccio, me remite al tibio ambiente de Chichen Itza, donde cada 6 meses la sombra del castillo de Ku Kul Kan se proyecta en el flanco de la escalinata con una exactitud geométrica, haciendo que las sombras ondulantes de cada plancha que conforman la gran pirámide luzca en el cuerpo de la culebra conformada en la cara norte. Hoy es el día oficial de la entrada de la primavera noche de 12 horas día de igual magnitud y mientras el sol realiza su periplo simétrico decido abrir la tapa de esta gran licuadora que es mi mente para buscar dentro y encontrar una mezcla de eventos bipolares conviviendo juntos.

Primera cavilación ¿Qué es el dolor?

El dolor es un habitante de nuestras catacumbas, dormido casi siempre pero listo a despertar con el menor pretexto, es un disidente de la estabilidad, un cismático del orden y muchas veces es un vil anarquista dispuesto a dinamitar esa tranquilidad viciosa de la cual no sabemos nada porque nos tiene apendejados. El dolor es una patada del alma que se ahoga en sus miserias.

La enfermedad es ni más ni menos que la representante ejecutiva del dolor, cualquier contrato, regalía, patrocinio, comisión o lo que sea favor de tratarlo con ella.

Bueno, pues dejando correr el abalorio de este rosario paso a decir que estoy en tratos con doña Enfermedad. Esta tipa es implacable, debo pagarle con insomnio, angustia, orina, sangre y siempre con dinero. ¡Maldita sea!

Segunda cavilación ¿Por qué existe siempre alguien que quiere comerse mi pan?

Cribo mis pensamientos, buscando sacar la paja de mis obsesiones y dejar el grano de la verdad y algo obtengo que me dice “Así es la vida”: El cachorro gordito empuja al flaquito y lo despoja de la teta, por eso esta gordo. El cachorro gordo crecerá, se reproducirá y morirá, el flaco se brincará dos etapas, o sea, llegará más rápido a su objetivo. ¿Para que sobrevivir entonces? Buena pregunta, la respuesta es esta: Hay que sobrevivir para amar, si no amas y no deseas amar, tienes dos soluciones: la barata y la cara, es decir un mecate que aguante tu peso o una mágnum 380. Si el silogismo es correcto entonces debo dejar que se coman mi pan.

¡Feliz inicio de primavera!

21 marzo 2017 Posted by | literatura, poesía, Reflexiones al pie de la montaña | , , , , , , , , , , | Deja un comentario

Reflexión al Pie de la Montaña (10) AHORA SI, NO TE MEDISTE


Sabía que esto pasaría algún día. Cómo no; ya tenía buen rato que te mirabas sospechosa, coquetona, perfumadita. Algo trama ésta –pensé y no me equivoqué.

Debo decirte que entiendo el amor en la naturaleza. Copular es un acto de lo más común, gracias a ese sublime acto existimos, aunque los seres humanos le pongamos un velito y lo tratemos con disimulos y analogías. Así que no te reprocharé tu apetito libidinoso, tu calenturienta sensualidad, ni tu anhelo de aparearte con el primer pelafustán que te saliera al paso, como lo hiciste el 1 de julio con Alex, ese hurancancillo de apenas categoría 2. Es más, puedo decirte que hasta comprendo que ensayaras con él cada una de las posiciones del Kamasutra. Lo que si, no te perdono es que lo hicieras sin recato, encima de todos nosotros. Te valió gorro patear nuestras casas, pisotear nuestros autos, vomitar sobre nuestras avenidas. Maromeaste sobre nosotros abrazada del cínico ese, quien por lo visto te dejó muy satisfecha, pues duraron en su abrazo lujurioso más de 24 horas.

Tu comportamiento ha dejado mucho que desear, sin embargo trato de encontrarle alguna explicación.

Ha caído la tarde y te veo satisfecha, despeinada y ruborosa; no te noto el más mínimo indicio de arrepentimiento. Más bien te observo una sonrisa socarrona que parece decir: “quién les manda ponerse en mi lecho”

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5 julio 2010 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | , , , , , , | Deja un comentario

REFLEXIÓN AL PIE DE LA MONTAÑA (9) – Me lo dijo Lao Tse

La montaña está cubierta de nieve, miro sus crestas escarchadas con la crema chantilly de mi asombro, en tanto la niebla se desliza perezosa cuesta abajo.

La brisa helada acaricia con ese silencio impetuoso que siempre alberga voces ancestrales. Suavemente y muy despacio el Maestro me ha dicho: «Cuando seguimos las enseñanzas de nuestra madre tierra, nuestras minas están inactivas y nuestros cultivos dan espigas doradas para hacer pan, pero cuando cerramos nuestros oídos al clamor del Cosmos, nuestros campos quedan estériles en tanto nuestras minas se activan produciendo metales para fabricar armas.

Perder el sendero de la creación es la calamidad más terrible que puede ocurrirle a un ser humano, quedar sordo ante el murmullo del arroyo, o ciego al titilar de las estrellas es una desgracia comparable a la cadena perpetua. Vivir codiciando es una condena, rivalizar amarga el corazón.

Pero vivir, vivir de veras, contento con lo que se tiene y compartiéndolo, es una invitación (casi siempre despreciada) para entrar a la fiesta universal de la alegría.»

26 enero 2010 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | , , , , | Deja un comentario

REFLEXIÓN AL PIE DE LA MONTAÑA (8) -VENTUROSO 2010-

Hay locos furiosos y habemos locos calmos, así que a cuestas con mi locura, acudo a esta página a deshebrar mis pensamientos. Estas reflexiones a veces me salen caras, me pierdo en los laberintos de mis ideas y recuerdos y así, extraviado, permanezco a la deriva, esperando una burbuja de cordura que me vuelva a mi vida cotidiana.  Mi refugio, que es la Montaña, queda entonces vacante, pero tibio, se que lo tengo a la mano para volver a él en el momento en que arrecie mi urgencia de silencio. Cuando regrese, ahí estará ella, esperándome como un bollo untado con mantequilla y mermelada de fresa, lista para disfrutarla y hundirme de nuevo en el albergue de sus cañadas.

Hoy, por ejemplo, no me siento tentado a abandonar la sólida plataforma de la cordura, hoy es un día apto par tejer, no para elucubrar; es un día perfecto para cocinar potajes de luz, cantos de ángeles, guerras de sinfonías, máscaras de animales místicos como el conejo o el mapache; es un día memorable para resucitar a ese viento que antaño hacía tremolar a mi bandera, luciendo sus colores verde, blanco y rojo. Será un viento plácido, tibio como el aliento tenue de mi amada.

Se conforma en el ambiente dominical de este invierno de 10 grados centígrados una espiral de suspiros; se siguen uno al otro, en una marcha in crecendo, como la música festiva de la fiesta taurina, inundando el aire  con sus notas alegres mientras el brioso burel irrumpe en la arena resoplando. Así se inflama este caracol de quimeras, se extiende como un prodigio sobre la ciudad aún dormida en su dorada calma. Es momento de tomar el fervor y ceñírnoslo como malla de lycra, montar la bicicleta y salir a pedalear la ciudad somnolienta, dejando el plomo de los malos sueños en la almohada.

Ahora a volar, tan alto como lo permitan mis alas de cotorro verde y también a violar ese cielo bermellón revuelto todavía con el oleaje azúl del firmamento. Queden atrás los lastres, los arrepentimientos, los errores; ahora sólo deseo que se expandan mis pulmones como fuelles de seda para llenar de oxígeno este ánimo de golondrina que me brota por los poros. Dispongan mis neuronas, en las troneras de mi cráneo, toda una artillería pesada y disparen salvas en honor del Creador del Universo.

Mientras paseo, los mitos huyen medrosos, se refugian en la hojarasca o asustadizos reptan a guarecerse tras los portones de las iglesias. Así comienza el venturoso 2010.

¡Que haya paz en tu corazón!

Tecoloteloco

3 enero 2010 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | , , | Deja un comentario

REFLEXIONES AL PIE DE LA MONTAÑA (7)

Carta a mi hija:

Hija mía: Tu carta se me metió por los ojos y abrió las esclusas de la lluvia. Estuve lloviendo mucho tiempo y cuando amainaba un poco, los suspiros me asaltaban a degüello. ¿Qué puedo hacer princesa? sino seguirte queriendo con todo el corazón.

La montaña ha sido parca, y cuando esto sucede es porque nos quiere empujar a meditar. Meditar tus pasos, tus sueños, tus desvelos. Ayer invisible tras su cortina de nieblas dejó ver a una solitaria Monarca. Me conmoví al ver las delicadas alitas agitándose en un aire húmedo y gris. Sin la energía nutricia del sol una Monarca no puede volar. Sin embargo ésta, incógnita en el mundo, solitaria, sabía su derrotero y así, extenuada, dificultosamente, de tumbo en tumbo, se alejó camino a su destino allende el horizonte. La montaña sopló entonces y la Monarca aprovechó la corriente para elevarse alto, muy alto. Aquella brisa conformó en mi pensamiento una simple palabra: ¡Coraje!

27 noviembre 2009 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | , , , | Deja un comentario

REFLEXIONES AL PIE DE LA MONTAÑA (6)

Hoy estás majestuosa, la atmósfera se ha vuelto cristalina y te dejas ver sin recato. Me detengo a admirarte, recorro con la vista tus altas cumbres aderezando mi espíritu con un profundo suspiro.  Estás ahí de pie inconmovible y vigilante, esculpiendo tu rostro con la caricia perenne de los siglos, con el jadeo del viento que no cesa de cantarte. “Eres grande, titánica inconmensurable”, te digo mientras admiro tu perfil portentoso y escucho en ese silencio que resbala desde tus picachos  un susurro que me responde: “Ssssoy”… si, me atrevo a balbucir eres agraciada, altiva, deslumbrante y nuevamente el eco del silencio me devuelve “Sssoy” . Claro, eres  terrible y benigna, fugaz y categórica, mas de nuevo tu voz me dice “Soy”. El silencio acomete a mi espíritu obstinado para dejarme mudo y vuelvo a oír ese murmullo que baja por tus cañadas y me dice quedo: “Soy».

De acuerdo, entiendo ahora, cierro el baúl de los adjetivos y siento que un peso muy grande me abandona.

Sobre mis pasos medito: ¿Soy alto? ¿soy ingenuo? ¿soy egoísta? ¿soy amistoso?… tal vez pero ante todo… soy.

13 octubre 2009 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | 5 comentarios

REFLEXIONES AL PIE DE LA MONTAÑA (5)

Hoy ha sido un día caluroso 36 grados a las 10 de la mañana, sofocante. Te veo montaña impasible, el calor no hace mella en tu inmensa mole. Quizá allá en tus cumbres la brisa peina con frescura tus mejillas de cantera. Pero aquí abajo nos estamos cocinando. No obstante amaneciste engalanada con un velo de nubes, te veías prodigiosamente rozagante. Esta vez no pude admirar tus picachos y me concreté a dejarme llevar por esa brisa benigna que desciende desde tus alturas. Aspiré profundamente ese aroma a monte que la urbe no ha sido capaz de arrebatarte y aunque el cielo estaba oculto por aquel manto de nubarrones, tu talle desplegaba el tinte azul de la inmensidad. Yo caminaba por el parque, garboso, henchido de es orgullo de vida que a diario me regalas, movía mis articulaciones, uno, dos; uno, dos. Es bueno ejercitarse, mover los músculos y darle un poco de esfuerzo a este fiel corazón para ver si se espabila un poco. Claro que el pedaleo tiene lo suyo; la bici es el vehículo de vuelo más mundano creado por el hombre, pero los tenis… ¡vamos! Los tenis tienen lo suyo, ¡qué mejor vehículo que tus propios piés! Voy caminando abstraído en la generosidad del universo derramándose sobre mis pasos; ¡de pronto! mis pensamientos se agujeran: es un pájaro carpintero quien ha venido a sacar de mis quimeras el gusanito audaz del asombro. Aterriza impecable sobre un frondoso huizache y lo ausculta palmo a palmo. Estoy paralizado disfrutando de este desayuno espiritual, obsequio de mi montaña. Después el pájaro se marcha, su pareja ha llegado y parece decirle “alé, alé que los pequeños están sólos.”

13 octubre 2009 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | Deja un comentario

REFLEXIONES AL PIE DE LA MONTAÑA (4)

¿Quién eres tú, montaña prodigiosa? Que te extiendes en la anchura de mi vista, como una pincelada del índigo mágico del arco iris. ¿Quién eres tu, que paralizas mi estupor en una constante alabanza a la creación?, ¿Quién eres tu que emerges en mis sueños como una tierra prometida, repleta de suspiros?, ¿Eres acaso un ente místico, presta siempre a invitarme a las alturas?

Voy por el mundo asqueado, evitando acercarme a los otros porque me han dicho que un virus letal me pueden contagiar. Sonríes, ¿verdad?, no cabe duda, eres mi otredad, la respuesta que el universo me envía por tus labios de roca. Puedo sentir tu voz hurgando en el caracol de mi oído y me obstino en escuchar que me llamas cobarde y me avergüenzo. Te pido comprensión, estoy atarantado, corro buscando un asiento desocupado antes de que pare la música. Pero tal vez me equivoque y esas voces sean sólo los latidos de mi propio corazón, porque tú, lo reconozco, no juzgas, en cambio siempre das.

11 octubre 2009 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | Deja un comentario

REFLEXIONES AL PIE DE LA MONTAÑA (3)

Severa, intolerante a los juicios, se levanta altiva la montaña. No es de su incumbencia el tiempo, puede pasar o detenerse. Pueden venir las estaciones y cubrirla de nieve o puede caerle encima la tormenta y desgajar sus costados. La montaña no se inquieta, simplemente presencia el ajetreo de quienes a su vera vamos y venimos atareados en una vida que dura un santiamén. La montaña, mi montaña, tu montaña se conjuga con lágrimas y con risas, como Dios, está siempre pendiente, aunque nosotros la ignoremos mientras cocinamos en complicados peroles caldos casi siempre amargos o desabridos. Pero cuando regresamos, ella continúa en su sitio, cortada por ráfagas de viento, ajena a las amenazas de la humanidad: heladas, sequías, enojos. Yo creo que Dios ha tomado forma de montaña, que El es esa mirada solemne que aparenta no vernos porque sabe que nosotros también somos de barro, de cualquier forma la venero respondiendo a su saludo diario, dejándome embelesar un poco con sus gestos. Es simplemente mi manera de santiguarme cuando me dice “hola”

29 septiembre 2009 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | , , , , , , , | Deja un comentario

Reflexiones al pie de la montaña (2)

Todos los días al despertar salgo a ver la montaña y ella me ve a mi. La he visto radiante y majestuosa, respirando potente su aliento de vida, pero hoy no fue el caso. La montaña esta triste, tímida, envuelta en su ropaje de nieblas, no se deja mirar y es que como tu o como yo, también tiene derecho al aislamiento, a recogerse en el umbral y dejar correr el hilo del tiempo. Yo quería verla hoy y platicarte de sus mágicos colores: oro, naranja, bermellón; pero ella recatada ha dicho “hoy no” y me he hermanado con ella en el silencio. Hoy es un día de alas plegadas, de expediciones a las profundas grutas donde duerme la conciencia y de cuyo interior brota el manantial discreto del agua bautismal. Es en este silencio donde puede escucharse con toda nitidez las palabras santas del Señor. Son estos momentos donde la esperanza de la luz no se frustra, ni se quiebra sino por el contrario se transforma en deslumbramiento, o debo decir, ¿alumbramiento?, en contemplación y en diálogo. Gracias Señor, por tu velo puesto en la montaña, gracias por iluminar mi corazón con tu silencio sagrado y por dejarme entrever que si la montaña no viene a mi, Tu si lo harás. Hoy me toca callar, escuchar tu voz y darte gracias.

4 septiembre 2009 Posted by | Reflexiones al pie de la montaña | 4 comentarios